A lo largo de los doce años de existencia creó un entramado sociocultural que ha dejado profundas huellas en la vida santanderina.De entre todas ellas hay una que es material y perdura, el edificio que construyó para su sede social y fue inaugurado en enero de 1937.Está situado en la esquina de la calle Pedrueca con Gómez Oreña y en la actualidad acoge al Ateneo de Santander en las dos primeras plantas y al Centro de Estudios Montañeses en la tercera.La lista de presidentes no es muy larga, aunque sí es cierto que comenzó con una cierta inestabilidad, que posteriormente se fue corrigiendo.Las sedes fueron cambiando a medida que crecía el número de socios y aumentaba la necesidad de espacio para las distintas actividades que se llevaban a cabo cada día.