El asesinato de reputación (character assassination en inglés) es un proceso deliberado y sostenido dirigido a destruir la credibilidad y reputación de una persona, institución, grupo social o nación.
Al transformar a sus víctimas en no-personas las hacen vulnerables a abusos aún más graves como pueden ser la agresión física, el encarcelamiento, la expropiación de bienes, el destierro, asesinato e incluso genocidio de todo el grupo social al que pertenecen.
Cuando un gobierno se vale de ese recurso para justificar agresiones y abusos contra sus víctimas puede considerarse a esas campañas como una forma de terrorismo estatal.
Los prejuicios sociales sembrados contra la víctima terminan por arraigarse gradualmente en la memoria social colectiva y las personas —en especial las nuevas generaciones— los aceptan como la historia verdadera o la biografía real.
Con el paso del tiempo, las percepciones falsas que fueron deliberadamente fabricadas y difundidas por diversos medios de comunicación pueden ser incluso incorporadas a los sistemas de educación, y se convierten en parte de la historia oficial que se acepta socialmente y resultan entonces difíciles de revertir.