El cuerpo mostraba signos evidentes de violación y estrangulamiento, traumatismos confirmados posteriormente mediante una autopsia.
El principal sospechoso, un ciudadano polaco llamado Zbigniew Huminski, fue detenido rápidamente y confesó posteriormente el crimen.
[6] Su padre, David Ansel, la describió como "una niña feliz", "muy valiente", "que trabajaba bien en el colegio" y "muy educada".
[6] Su madre fue testigo del secuestro, cuando vio a su hija en el suelo aturdida y el desconocido tirando de su brazo e introduciéndola en el auto.
El juicio se celebró en septiembre de ese mismo año,[14] poniendo fin a la investigación del caso.
[15] Tras una infancia difícil en la que se divorciaron sus padres, Zbigniew Huminski abandonó el sistema educativo.
[15] En 2009, amenazó a una niña de 9 años,[18] cuyo padre describe al sospechoso como "una persona desagradable, un depredador"[19] que "observa y luego actúa".
[6] En el juicio se le describió como "intolerante a la frustración, inmaduro y falto de autoestima".
[23] El entonces primer ministro francés, Manuel Valls Galfetti, declaró el 16 de abril que "se hará toda la verdad para comprender el itinerario del sospechoso polaco".