Los asentamientos chinos en el Tíbet comenzaron en 1965, cuando el gobierno chino creó la Región Autónoma del Tíbet,[1] seis años después de la anexión del Tíbet a la República Popular China.
Tras ello, cientos de colonos chinos étnicos (han) se han reasentado en el Tíbet apoyados por el gobierno.
Los grupos independentistas tibetanos alegan que el gobierno chino ha establecido estos asentamientos en el Tíbet en un intento de sinizar la región.
En 1991, el Dalái Lama declaró:Los nuevos colonos chinos han creado una sociedad alternativa: un apartheid chino que, al negar a los tibetanos un estatus social y económico igual en nuestra propia tierra, amenaza con abrumarnos y absorbernos finalmente.
[4] Los chinos también ocupan los puestos de funcionarios, con el 95% de los inmigrantes chinos oficiales empleados en empresas estatales.