Arwa al-Sulayhi

Huérfana muy niña, fue llevada al palacio real en Saná, teniendo como tutora a su tía, la formidable Asma bint Shihab, su futura suegra, cogobernante y esposa de Ali bin Muhammad.

Le dio todo su poder a Arwa, y su nombre era mencionado en la jutba directamente después del califa fatimí, Al-Mustansir Billah, significando su autoridad para gobernar.

Ella aceptó a regañadientes en 1091 para quedar en el poder, pero probablemente no dejó que el matrimonio fuera consumado.

El imán Al-Mustansir Bilah le otorgó a Arwa el rango más alto en el dawah yemení, el de Hujjat, en 1084.

Fue la única vez que a una mujer se le otorgó tal estatus en toda la historia del Islam.

Debido a su patrocinio de misiones, una comunidad ismailí fue establecida en Guyarat en la segunda mitad del siglo XI, la cual todavía sobrevive allí hoy como Bohras Daudíes, Sulaymaníes y Alavíes.

Debido a la alta opinión que Arwa ostentaba en Yemen e India occidental, estas dos áreas la siguieron en considerar al imán al-Musta'li como el nuevo califa fatimí.

El Taiyabi ismailí cree que el imán Al-Amir Bi-Ahkamillah envió una carta a Arwa encargándole nombrar un vicegerente para su pequeño hijo, el imām Taiyyab.

De acuerdo con este deseo, nombró a Zoeb bin Moosa como Da'i al-Mutlaq, el vicegerente del recluido al-Tāyyīb Abū l-Qāsim.

Debido a los lazos cercanos entre Yemen y Gujarat, la causa taiyibí permaneció en Yemen e India occidental, que gradualmente se convirtió en el hogar de la mayor población taiyabí, allí conocidos como Sulaymani, Bohras Daudíes y Bohra Alavíes.

Palacio de la reina Arwa Al-Sulaihi, vista de la fachada, Jibla, Yemen .
Patio de la mezquita de la reina Arwa