Tras improvisar un laboratorio en su casa paterna, fue profundizando en sus conocimientos técnicos fijando los primeros colores (Gummidruck) y experimentando con el desarrollo de diferentes tonalidades.
Cuando esta abrió su propio estudio un año después en Viena (Atelier d'Ora), en la Wipplingerstraße, le invitó a ser su asistente.
Ampliaron su negocio con una filial en Karlsbad durante los veranos, estación que la nobleza vivía en la zona .
En 1927 Arthur Benda se hizo cargo del estudio de Viena, la cual en 1925 abrió otro en París.
En el año 1938 inauguró un nuevo estudio en la calle Kärntnerring de Viena, el cual tras la Segunda Guerra Mundial siguió regentando pero ya con su propio nombre.