[1] La vascularización del ojo tiene una doble procedencia: la red palpebral, formada por las arterias palpebrales, y la red de arterias ciliares anteriores.
Esta red palpebral nutre a la conjuntiva palpebral y a la conjuntiva del fórnix del saco lagrimal, creando las arterias conjuntivales posteriores.
[2] La red de arterias ciliares anteriores, antes de penetrar en el limbo de la córnea, que está a unos 2 mm., da lugar a las arterias conjuntivales anteriores, que vascularizan la conjuntiva bulbar (conjuntiva ocular) hasta alcanzar la conjuntiva bulbar perilímbica o pericorneal (anillo conjuntival).
Allí se anastomosan con las ramas de las arterias conjuntivales posteriores para formar una red vascular en empalizada.
[2] Se distribuyen hacia la carúncula lagrimal (eminencia roja en el ángulo interno del ojo) y conjuntiva.