Los arrozales en terrazas de las cordilleras de Filipinas son un bien declarado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1995 y declarado en peligro entre los años 2001 y 2012.
Se piensa que las terrazas fueron construidas con equipamiento mínimo, mayoritariamente a mano por los pueblos locales.
Las terrazas están aproximadamente a 1500 metros de altura sobre el nivel del mar y abarcan 10.360 km² de montaña.
Están alimentados por un sistema de irrigación antiguo, presente en la selva tropical por encima de las terrazas.
Los pueblos locales todavía cultivan arroz y vegetales en estas terrazas.