Al acabar los estudios, estuvo desempleado durante unos meses y luego, en 1934, comenzó un aprendizaje comercial en una empresa textil de Greiffenberg.
Como refugiados, Schmidt y su esposa perdieron casi todas sus posesiones, incluida su preciada colección de libros.
Durante esta época de incertidumbre y pobreza extrema, los Schmidt se mantuvieron gracias a los paquetes CARE que su hermana les enviaba desde Estados Unidos (su hermana Lucie había emigrado a Estados Unidos en 1939, junto con su marido Rudy Kiesler, un judío alemán comunista).
Aun así, pensaba que este monstruo no podía ser demasiado poderoso para ser atacado, si a la humanidad le convenía.
Su estilo de escritura se caracteriza por una singular e ingeniosa adaptación del lenguaje coloquial que le granjeó no pocos fervientes admiradores.
Además, desarrolló una ortografía con la que pensaba revelar el verdadero significado de las palabras y sus conexiones entre sí.
A los átomos de las palabras que contienen los núcleos del significado original los llamó Etyme (etimemas).
La última novela completa de Schmidt fue Abend mit Goldrand (1975), que fue elogiada por algunos críticos por su inventiva verbal, aunque a muchos les costó digerir los temas eróticos del libro.