Se ubica en el extremo occidental del casco antiguo.
Al igual que la puerta de San Esteban, fue construida con materiales de piedra y ladrillo, bien combinados, y a derecha e izquierda se elevan dos robustas torres, abriéndose en el centro del monumento un arco reentrante que da paso a una bóveda bastante alta y profunda que termina en otro de igual carácter mudéjar.
En el punto medio de esa galería, se alzan otros dos arcos de herradura, muy unidos, dejando entre ambos el espacio necesario para hacer bajar el peine o cataracta, que se movía por medio de un torno colocado en el piso superior del monumento.
[1]En el interior de la muralla se aprecia una marca horizontal que representa la vara castellana o vara de Burgos, una medida muy extendida y usada en la Edad Media.
En este piso superior, dotado de varios departamentos, con sus ventanales aspillerados, su plataforma, su pretil y sus almenas, se guardaban los engennos o máquinas de guerra (las brigolas y ballestones) y su aspecto marcial de robustez y poderío sería por todos conceptos imponente y magnífico, no solo por su construcción misma sino por la gran altura del repecho en que se hallaba emplazado este monumento.