Archivo Histórico de la Universidad del Rosario

Para el siglo XVIII es importante resaltar que los nuevos documentos que se van agregando al archivo son propios de la institución educativa del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario.

Estos documentos entraron a conformar una buena parte de lo almacenado en el archivo.

Posteriormente, su majestad El Rey solicita a la Real Audiencia una consideración frente a la necesidad de apoyar al Colegio Mayor en materia fiscal, pretendiendo saber si es necesario asignarle al Colegio una renta su sostenimiento.

Como soporte, el Colegio Mayor tendría una renta anual, que durante el primer año sería de 5000 pesos.

Para esta época se solicitan las constituciones del Colegio Mayor, las cuales serían aprobadas en 1664.

Durante el período de 1655, el rey prohíbe al Colegio Mayor la recepción de indios Achaguas debido a una solicitud que versaba sobre convertirlos en siervos del Colegio Mayor.

Los intereses académicos de Mutis y los libros que éste trajo consigo mismo para enseñar en esta institución pueden ser encontrados hoy en el fondo documental del archivo como documentos de gran importancia no solo para la historia académica del Colegio Mayor, sino para la historia académica del país.

Las clases dictadas por Mutis siempre fueron en latín, según lo registran algunos documentos del archivo.

Gracias a la tradición en Derecho que ya poseía, estas discusiones fueron dirigidas por estudiantes del Colegio Mayor.

La historia del archivo se vuelve mucho más confusa en este siglo pues no solo al principio se vio una fragmentación en acervo documental, sino que las constantes guerras y discusiones sobre la forma de gobierno del país mantuvieron a los rectores y directivos del colegio mayor en otros problemas.

Esta universidad pública y el Colegio Mayor poseían una vieja rivalidad que generó roces entre sus estudiantes[7]​ sin mencionar que muchos de los docentes del claustro fueron enviados a esta universidad como catedráticos.

Con esto en mente, cuando el terremoto sacudió la capital en este año, el archivo se encontraba en la casa rectoral, que estaba junto al claustro.

Ambas edificaciones sufrieron grandes daños y tuvieron que ser reparadas.

Durante esta guerra se ordenó que el claustro fuera un cuartel militar para algunas tropas del gobierno.

[12]​ Si a esto se agrega un terremoto que azotó a la capital la década anterior, que dejó al claustro con daños mayores que el de 1826, la infraestructura se encontraba en pésimas condiciones y la conservación de documentos se hizo mucho más compleja, pero gracias a los esfuerzos de los rectores de la época se logró salvar buena parte del archivo.

Los años de los liberales radicales acabaron y con esto vinieron nuevos cambios para la Universidad del Rosario.

Durante esta guerra el claustro fue convertido en un cuartel militar donde los militares hicieron grandes destrozos.

[17]​ Los años siguieron pasando y el archivo se fue enriqueciendo con los documentos que los rectores e hijos rosaristas fueron dejando a lo largo de los siglos.

Solo investigaciones serias y trabajos de “cátedra rosarista” son permitidos dentro del archivo.

[22]​ El archivo ha abierto sus puertas al público permitiendo un fácil acceso a cualquiera que lo necesite.

Vista de la sala de lectura del Archivo Histórico