Su relación con Clara Wieck había llegado a un punto de no retorno, ya que el padre de ésta se oponía vehementemente a cualquier cosa que pudiera interferir en la carrera de su hija como pianista y desaprobaba enérgicamente a Robert como posible yerno.
En Viena Schumann se vio afectado por la depresión y la decepción profesional.
[3] Schumann recurre a una forma rondó modificada para abarcar una breve forma ABACA, con la sección principal A, delicadamente lírica, dos episodios B (Florestán) y C, más intensos, junto con un epílogo (Eusebius) hermosamente pensativo.
La pieza se mueve con agilidad entre estados de ánimo contrapuestos, y parece concluir con una agradable recapitulación del tema inicial.
[1] Las indicaciones del metrónomo originales de Robert para esta obra al parecer eran demasiado rápidas.