Los aposentadores mayores eran cargos de palacio dedicados a dar aposento a quienes habitaban en él.
Algunos días antes de que el rey y su corte partiera de donde estaba, partía el aposentador mayor y los aposentadores menores para la ciudad o villa adonde había de ir el rey y con ellos, dos o tres alguaciles y presentaban en el regimiento o cabildo de la ciudad una cédula real en que se les daba noticia por el rey de su venida.
Para ello, el tal regidor, como natural del pueblo, sabía avisar y advertir para que el aposento se hiciera con mejor comodidad y orden.
Y empadronaba el pueblo casa por casa, por parroquias para que no se pudieran hurtar posadas y se evitaran otros fraudes y para que los pobres fueran mejor tratados.
Otros aposentadores inferiores quedaban con las personas reales e iban de camino haciendo el aposento jornada por jornada duplicados, para que mejor se hiciera, donde a cada cual le cupiere de aposentar.