Esto requirió que el escenario se disparara brevemente para poner la nave espacial en una órbita terrestre estacionaria, antes de reiniciar el motor para volar a la Luna.
Para diseñar esta capacidad, los ingenieros necesitaban verificar que las medidas anti-salpicaduras diseñadas para controlar la ubicación del hidrógeno en el tanque fueran adecuadas, y que las líneas de combustible y los motores pudieran mantenerse a las temperaturas adecuadas para permitir el reinicio del motor.
[3] El tanque estaba equipado con 88 sensores y dos cámaras de televisión para registrar el comportamiento del combustible.
Las siguientes dos órbitas se utilizaron para experimentos adicionales para obtener información para su uso en futuros diseños de etapas criogénicas.
La NASA concluyó que una chispa o un impacto debieron haber encendido los propulsores, provocando una explosión.