Estas emociones llamaron la atención de D´Hoffryn, quien la convirtió en demonio al considerarla creativa y capacitada para castigar hombres infieles.
A los pocos momentos de quedar como demonio Anya no tardó en acrecentar su deber y cumplirlo sin siquiera parpadear o detenerse para usar sus poderes.
De esa manera lento pero seguro Anya pasó a convertirse en un auténtico demonio tanto en cuerpo como en alma.
Por perder su humanidad en una época muy antigua, Anya no sabe cómo comportarse educadamente en compañía, lo que la hace grosera y atrevida en muchas ocasiones.
Empieza a salir con Xander, quien más tarde le pide matrimonio pero la deja plantada en el altar rompiéndose así su relación.
Por otra parte, en el capítulo "Buffy contra Drácula", Anya menciona haber salido con este durante un tiempo hace varios siglos.