Desde su niñez comenzó a manifestar fenómenos paranormales.
Antonia entró en trance, según testigos cambiaba su voz, distorsionaba su rostro y hacía predicciones,[1] muchas de ellas relacionadas con la Iglesia católica.
[2] También aseguró que en ella se manifestaron Jesucristo, varios santos y otros seres espirituales.
[3] Miles de personas acudieron a contemplarla mientras estaba en trance y su caso fue estudiado por prestigiosos investigadores y médicos.
[1] Posteriormente se casó y se trasladó a vivir a Santa Cruz de Tenerife, hasta su muerte el 15 de agosto de 1983.