En un principio, Ansfrido era conde de Brabante y fue un conocido guerrero al servicio de los Otón I y Enrique II.
[1] Después de la muerte de su mujer, Ansfrido quiso ingresar en una abadía como monje pero el emperador Otón le nombró obispo de Utrecht en 994, que había quedado vacante, a la muerte del obispo Balduino.
En un principio, el santo se negó pero emperador lo impuso y fue el emperador propuso que Ansfrido le sucediese; a pesar de que se opuso con todas sus fuerzas, el santo fue consagrado obispo el año 994.
Durante su obispado, Ansfrido fundó la abadía de Thorn, cercana a la actual frontera con Bélgica en la que nombró a su hermana como abadesa y la abadía de Heiligenberg.
Sus restos fueron enterrados en la propia abadía de Heiligenberg.