Anselmo Piccoli

A pesar de su militancia juvenil en la izquierda ortodoxa, jamás adhirió a los postulados estéticos del ‘realismo socialista’; por el contrario, consideraba la pintura abstracta y el arte en general en el espíritu de Bauhaus, como la más auténtica expresión epocal del siglo XX[1]​ y en plena consonancia con su visión de la historia, acuñada por el materialismo dialéctico.

En la Academia Gaspary[3]​ aprendió los rudimentos del dibujo y el color.

En 1932 conoció a Antonio Berni: en ese año comienza la primera etapa de su producción pictórica.

Los elementos constructivos del cuadro se patentizan: sobre la base figurativa comienzan a reconocerse rasgos de creciente geometrización.

En 1969 tuvo lugar la primera exposición no figurativa de Piccoli.