Este es insertado algunos centímetros en el ano con el fin de evaluar problemas en el canal anal y la parte baja del recto.
La anoscopia se usa para diagnosticar hemorroides, fisuras anales (grietas en el revestimiento del ano), y algunos cánceres.
[1][2][3][4][5][6][7] Puede realizarse preparación previa al examen con un laxante o enema.
Asimismo, previo a la anoscopía debe realizarse un tacto rectal.
Si existen hemorroides, es posible que ocurra el sangrado de las mismas.