Lena (Natalie Portman), una profesora de biología celular, está llorando a su marido perdido Kane (Oscar Isaac), que un año antes se embarcó en una misión secreta y nunca volvió.
No recuerda nada de su misión ni cómo llegó a la casa.
Invita a Lena en otra misión al Brillo, compuesta de geóloga Cassie (Tuva Novotny), física Josie (Tessa Thompson); y paramédica Anya (Gina Rodriguez).
Luego, encuentran el esqueleto del hombre, que ha sido colonizado por líquenes coloridos.
Cassie se les acerca para hacerse cargo de su turno pero aparece un oso mutante y enorme que le muerda y se le lleva; Lena, más tarde, encuentra su cuerpo mutilado.
La paranoia va consumiendo a Anya, exacerbada cuando ella presencia sus huellas dactilares cambiando ante sus ojos.
Está a punto de matar s todas, cuando Anya aparece y le dispara.
La criatura, sujetando la granada en llamas, tranquilamente entra la cavidad a medida que Lena se escapa.
[3] Antes de esta película, Garland trabajó como guionista de las cintas 28 días después (2002), Sunshine (2007) y Ex Machina (2015), la cual también dirigió (siendo su primera película) y que le mereció la nominación a los Óscar.
En esta zona los efectos especiales son imprescindibles para reproducir la imaginación que Jeff VanderMeer había plasmado en sus libros para así dar vida a una especie de submundo dentro de la Tierra, una región donde las leyes físicas conocidas han perdido todo su efecto.
Según este acuerdo, Paramount se encargaría del estreno en Estados Unidos, Canadá y China, mientras que Netflix comenzaría a transmitir la película en otros territorios 17 días después.
[14][15] Garland expresó su decepción con la decisión de hacer coincidir la distribución digital con la cinematográfica y dijo: "Hicimos la película para el cine".
Aparentemente reconociste una obra maestra cuando la viste, y te aseguraste de que nosotros también pudiéramos verla".
[26] Alison Willmore opinó para BuzzFeed: "Aniquilación es un combustible cerebral para pesadillas, pero quizás la cualidad más destacada es lo poco que se relaciona la película con las tendencias actuales de la ciencia ficción convencional.
[28] Kyle Smith de National Review, por su parte criticó que: "Hacer películas que siguen siendo en gran medida vagas está demostrando ser una excelente manera de obtener críticas entusiastas en estos días, pero permanecer artísticamente vagos me parece más bien un disfraz para un trabajo no terminado correctamente.
[29] Bjarne Bock enfatizó apreciativamente en Serialjunkies: “En su segundo trabajo como director, Alex Garland plantea preguntas incómodas sobre nuestros motivos más íntimos y, por lo tanto, proporciona una visualización impresionante del cuadro clínico de la depresión.