Recibió su educación en la École Polytechnique y después en la Escuela de Ingeniería Civil.
Trabajó en el puente Plougastel y en 1928 fue nombrado ingeniero jefe de represas del río Alto Dordoña.
En 1947 dejó el servicio civil y comenzó su propia consultora, Coyne et Bellier.
En cambio, se culpó a otros factores, incluida la ubicación de la presa, la estabilidad del material rocoso, el hecho de que se encontró una falla geológica en el lugar y la lluvia intensa que elevó el nivel del agua en 15 pies ese año.
Además, se sospecha que la minería intensa para una nueva carretera cercana río abajo ha debilitado el sitio de la presa.