Son gallinas rústicas, activas y poco predispuestas a incubar.
[3] Aunque ya era muy conocida y valorada en España en la segunda mitad del siglo XIX, estando presente en el Real Jardín Botánico de Madrid en 1864,[4] la raza fue cayendo en un progresivo olvido, salvo en las áreas rurales.
Todas llevan el gentilicio andaluz, pero no ayuda el hecho de que la comunidad es bastante grande.
En especial entre la andaluza azul y la sureña, nombres originales que algunos criadores creen que se deben cambiar, llamando incorrectamente andaluza a ambas razas.
[5] Ave de figura ágil, activa, muy rupestre y cuerpo compacto.