La primera iglesia cristiana, en Jerusalén, se inspiró en un modelo bastante colegiado u oligárquico común en la cultura grecorromana, sin relación jerárquica a priori (sin excluir la preeminencia de algunas tampoco).
Por tanto, podemos ver aquí la flexibilidad y adaptabilidad de las primeras iglesias cristianas en relación con su entorno.
Las calificaciones necesarias para el oficio de anciano se indican en tres textos del Nuevo Testamento: 1 Timoteo 3,1-7, Tito 1,5-9 y 1 Pedro 5,1-4.
[6] Para otros, el anciano es un líder laico de la iglesia y un miembro del equipo que rodea al pastor.
En la práctica, el procedimiento para elegir e instituir a un anciano varía entre las iglesias locales.