La vaina está formada por células del parénquima con abundancia de cloroplastos de gran tamaño.
[1] Las células del mesófilo también presentan cloroplastos, pero no sintetizan almidón porque no realizan el ciclo de Calvin; esto se reserva a los cloroplastos de la vaina.
[2] La presencia de esta anatomía aumenta el ciclado interno del anhídrido carbónico, lo que podría resultar en una reducción en la sensibilidad de las plantas a la fotoinhibición.
[3] Esto se debe a que la capa de células del mesófilo, ubicadas radialmente en la parte más externa, capturan las moléculas de CO2 y las concentra al convertirlas en moléculas de azúcares de cuatro carbonos, para cederlas a las células que componen la capa interna o de la vaina.
El producto pasa a las células de la vaina mediante los plasmodesmos y mediante una serie de transformaciones se libera el anhídrido carbónico que ingresa en el ciclo de Calvin.