[4] Ana se sintió profundamente amargada tras esa provocación y cuando entró al templo comenzó a orar, intensamente llorando.
[5] No decía palabras sino que se comunicaba con Dios desde el corazón.
[6] Entonces prometió que si tenía un hijo varón desde niño serviría a Dios.
[1] Después de Samuel, Ana tuvo cinco hijos más (tres varones y dos mujeres).
A Ana también se la considera profetisa en la tradición judía, al predecir que su hijo sería profeta.