Pese a quedar todo el edificio destruido, no hubo que lamentar daños personales entre sus 275 empleados.
Los bomberos apenas tardaron cuatro minutos en llegar e hicieron dos instalaciones por fachada hasta la segunda planta y desde ésta, por las escaleras mecánicas y escalera otra a la tercera.
A las 22:30, fue dominado el incendio en el número 29, procediendo a refrescar este edificio y a continuar con la extinción del número 31 que se estaba haciendo difícil al estar las puertas obstruidas con paquetes, las escaleras llenas de enseres, e incluso alguna tabicada.
Pero aproximadamente a las tres menos veinte de la madrugada del día 5, cuando se estaban realizando los trabajos de enfriamiento, sobrevino el hundimiento súbito del número 29 sepultando a diez bomberos que fallecerían.
Se continuó con la extinción debido a que era imposible realizar rescates debido al riesgo de caída del muro medianero con el número 31.
En el lugar de la catástrofe se construyó un edificio, que alberga hoy unos mini cines, y pasados diez años del siniestro, se adosaría al edificio una placa conmemorativa al cuerpo y a los diez bomberos que dejaron allí su vida.