La letra es muy simple y en ese sentido tiene similitud a "Yellow Submarine".
La canción se interpretó en estilo skiffle con una guitarra acústica, bajo y un bombo.
McCartney era la voz líder en las estrofas, Lennon en el pre-coro, y los cuatro Beatles cantaban el estribillo.
Las grabaciones duraron sólo seis horas y el resultado final se consiguió luego de nueve tomas.
En la actualidad algunos aficionados al fútbol del Reino Unido usan esta canción para alentar a su equipo.