En rojo, área aproximada donde se han descubierto las epigrafías grecoibéricas, parte de Contestania.
Posee como raíces directas el alfabeto Fenicio y en unión a las lenguas Micénicas.
El principal documento donde se utiliza este alfabeto es el llamado plomo de la Serreta I.
Los contextos arqueológicos de las inscripciones donde se usa son del siglo IV a. C., pero las características paleográficas con relación al modelo parecen indicar que la adaptación se podría haber realizado a mediados del siglo V a. C. Este alfabeto se escribe de izquierda a derecha.
El alfabeto greco-ibérico está formado por 16 signos idénticos a los del modelo, excepto por lo que respecta a la segunda vibrante: cinco vocales, solo una nasal, una lateral, dos sibilantes, dos vibrantes, tres oclusivas sonoras, (labial, dental y velar), pero solo dos oclusivas sordas (dental y velar).