En muchos idiomas existen letras y números homófonos; es el caso del idioma inglés, en donde el número «cero» y la letra «o» suelen denominarse «o» indistintamente, o el caso del español, en donde la letra «c» y «s» pueden tener la misma pronunciación.
Por medio de un acuerdo internacional entre los países miembros de OACI se decidió crear un alfabeto fonético para uso universal en radiotransmisiones internacionales que está basado en el abecedario inglés (idioma acordado para uso aeronáutico internacional) que tomara el lugar de los alfabetos fonéticos existentes hasta esas fechas.
Es interesante hacer notar que el primer alfabeto fonético reconocido internacionalmente fue adoptado por la Conferencia Radial de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en 1927 y fue para el uso del servicio móvil marítimo; dicho alfabeto asignaba palabras clave a cada letra del alfabeto (por ejemplo Alfa para la A, Bravo para la B, etc.), de manera que las combinaciones críticas de letras (y números) pudieran ser pronunciadas y entendidas por los que emitían y recibían mensajes de voz por radio o teléfono sin importar cuál fuera su idioma nativo, en especial cuando se ponía en juego la seguridad de las personas.
El alfabeto resultante fue adoptado por la Comisión Internacional de Aeronavegación (ICAN, por sus siglas en inglés), la predecesora de la ICAO, y fue utilizado en la aviación civil hasta la Segunda Guerra Mundial.
[2] Durante la Segunda Guerra Mundial surgió un nuevo alfabeto para uso de los Aliados que llevó a posteriores confusiones y revisiones sucesivas, hasta que el 1 de marzo de 1956 la ICAO implementó la revisión final que fue luego aceptada por otras organizaciones como la OTAN y la OMI (Organización Marítima Internacional) hasta ser conocido internacionalmente como el «Alfabeto Internacional de Deletreo Radiotelefónico» (International Radiotelephony Spelling Alphabet, en inglés).