Fue el principal ideólogo de la corriente bolchevique crítica con el Gobierno conocida como Oposición Obrera.
[1] Después de pasar en total dos años en la cárcel,[1] partió al exilio en 1907[1] y continuó sus actividades revolucionarias en Europa occidental donde fue también dirigente sindical de los trabajadores fabriles, en Francia, Alemania e Inglaterra y sirvió como enlace[1] entre la dirección del partido en el exilio y los bolcheviques del interior de Rusia.
Retornó a Rusia en 1916 y junto con Viacheslav Mólotov fue el principal dirigente bolchevique en Petrogrado durante la Revolución de Febrero de 1917 cuando Lenin, Trotski y Bujarin aun permanecían en el exilio.
Como comisario, aceptó la subordinación de los sindicatos al partido, condenó las huelgas y exigió disciplina a los obreros.
[3] Su propuesta de que los sindicatos pasasen a controlar la economía, los consejos la administración del Estado mientras que el partido se limitase a una función de guía política e ideológica fue rechazada en el IX Congreso del Partido, pero esto no frenó el crecimiento de la fracción entre los sindicalistas del partido.
[4] En 1926, se vio forzado junto con otro destacado dirigente de la antigua Oposición a confesar que diría un «grupo ultraderechista de derrotistas» que se oponía a la alianza entre obreros y campesinos y deseaba el fin del Comintern.