[1] Compuso prolíficamente en todos los géneros, atrajo enseguida la atención del público con un cuarteto para piano, compuesto a los 26 años.
Pero su punto fuerte fue la música de programa, en especial la orquestal, integrada por oberturas dramáticas y suites.
[4] Fue enviado para su educación musical a Alemania, viviendo con su maestro, el Stadtmusiker August Bartel, en Schwarzburg-Sondershausen en Turingia, donde entró en el conservatorio bajo K. W. Ulrich y Eduard Stein, permaneciendo allí desde 1857 hasta 1861, cuando ingresó a la orquesta ducal como violinista.
En 1927 dijo: "Si pudiera terminar mi carrera con una melena así, moriría feliz (If I could only finish my career with a head of hair like that, I should die happy)".
[4] Mackenzie deseaba continuar sus estudios de violín con el maestro Prosper Sainton, que había enseñado a su padre, y en 1862 solicitó con éxito la admisión a la Real Academia de Música en Londres (Royal Academy of Music), donde Sainton le enseñó.
Sus otros tutores fueron el director, Charles Lucas (armonía) y Frederick Bowen Jewson (piano).
Al recordar esta broma en su vejez, agregó: "Nunca he dejado de maravillarme por mi escape, y ciertamente no recomendaría a ningún estudiante que corra un riesgo similar hoy (I have never ceased to wonder at my escape, and would certainly not advise any student to run a similar risk today.
[7] Su cantatas La novia y Jason fueron dados con éxito, y el Compañía Carl Rosa encargó su primera ópera, Colomba, escrito en un libreto preparado por Francis Hueffer, crítico musical de The Times.
Una segunda ópera, El trovador, producido por la misma compañía en 1886, tuvo menos éxito, aunque Liszt pensó lo suficiente en la pieza como para comenzar a trabajar en una fantasía para piano basada en temas de la misma.
Liszt hizo su última visita a Inglaterra principalmente para escuchar su Santa Isabel realizado bajo la dirección de Mackenzie en 1886.
En 1912, la Academia se trasladó de sus antiguos edificios en Mayfair a locales especialmente construidos en Marylebone.
[5] En sus últimos años como director, Mackenzie se volvió marcadamente conservador, prohibiendo a sus estudiantes tocar la música de cámara de Ravel, a la que estigmatizó como "una influencia perniciosa".
[5][9] Tanto en la Academia como en otros lugares, fue un conferencista popular, entre sus temas estaban la opera de Verdi, Falstaff, el texto de su conferencia sobre el cual se publicó más tarde en traducción en Italia.