Aunque sus padres intentaron que fuera abogado, terminó por convertirse en periodista y en un popular novelista.
El exilio en Italia le permitió acceder a numerosas fuentes y pruebas que más tarde expondría los principales especialistas europeos.
En 1913, su vista estaba fallando hasta el punto en que no podía revisar el texto y editar la impresión tipográfica.
Su segundo estudio romano, "Arco de Tito", dedicada a los primeros cristianos en Roma, no se ha completado.
En 1916 Amfiteátrov regresó a Rusia y se convirtió en editor del diario nacionalista "Rússkaya Volia".