Alejo IV Ángelo

Asimismo, prometía devolver la Iglesia ortodoxa griega a la obediencia del Papa.

Alejo parecía no ser consciente de hasta qué punto se habían devaluado las finanzas imperiales en el último medio siglo.

Masas enfurecidas de ciudadanos asesinaron brutalmente a cualquier extranjero que pudieron capturar.

Los cruzados, por su parte, consideraban que Alejo no había cumplido sus promesas.

Alejo rechazó tales acusaciones diciendo: ”No haré más de lo que ya he hecho”.

Mientras que las relaciones con los cruzados empeoraban, Alejo se había hecho muy poco popular entre la población griega y tampoco tenía ya el apoyo de su padre.

Alejo Comnenos, hijo del desheredado emperador de Constantinopla, llega a Zadar para invocar la ayuda de los cruzados para expulsar del trono a su tío usurpador Alejo y restaurar a su padre Isaac.