Estudió química en Dresde, iniciándose en la fotografía, de la que dio clases en la Folkwangschule de Essen.
Se especializó en fotografía publicitaria, publicando varios libros sobre el mundo técnico e industrial: en 1927 publicó Die Halligen, sobre paisajes y gentes de la isla de Frisia oriental, y en 1928 El mundo es hermoso (Die Welt ist schön).
Sus obras son de gran exactitud y precisión, defendiendo el carácter artesanal de la fotografía frente a la experimentación realizada por los fotógrafos más vanguardistas.
Después de la Segunda Guerra Mundial se retiró a Wamel, un pueblecito cerca de Soest, donde se dedicó a la fotografía de paisaje y de arquitectura.
En 1993 el Museo Ludwig de Colonia le dedicó una retrospectiva.