En lenguaje académico, se utiliza frecuentemente el término alemán Nachlass para el legado de documentos.
Es generalmente el autor, durante su vida, el que elige a su albacea literario.
La posición del albacea literario, sin embargo, tiene más implicaciones que las meramente económicas.
Lo que se administra no es sólo una "cartera de valores" literarios, sino la reputación póstuma del autor.
Los deseos del muerto pueden haber sido expresados claramente, pero no siempre son respetados.