Tras su paso por Cambridge, trabajó en la enseñanza pero se ausentaba frecuentemente para hacer expediciones de montaña.
Rouse se convirtió en un escalador experimentado en lugares tan lejanos como Escocia, Norte de Gales, Patagonia, Perú, los Alpes, los Andes, Nueva Zelanda y Nepal.
En el invierno de 1980-81, Rouse dirigió una expedición británica que intento el Monte Everest por la arista oeste, sin utilizar oxígeno o sherpa.
En 1983, Rouse realizó su primer intento de escalar esta montaña junto con un equipo internacional por una nueva vía por la arista sur.
Solo dos de ellos consiguieron llegar al campo base no sin graves congelaciones y en un estado lamentable.