El aprecio popular le valió tener dedicada una calle en Madrid en el barrio de La Guindalera.
Entre sus obras serias figuran El rey de Argel, La pradera del canal y La Virgen del Puerto, así como la tragedia Régulo.
Empezaba a quedarse ciego y tuvo que interrumpir una Historia de la Villa de Madrid cuya redacción comenzó en 1843.
Fue nombrado conservador del Teatro Real de Madrid.
Fue también autor de obras no dramáticas, como la biografía Ana Bolena (1832)[2] la Historia de Madrid desde sus tiempos más antiguos hasta nuestros días (1843).