Con tan sólo cuatro años quedó huérfano, siendo él y su hermana recogidos por su autoritaria abuela.
[3] Habiendo ahorrado suficiente dinero, Agrippino, Catarina y su creciente familia regresaron a Europa, donde fue llamado para combatir con el ejército italiano en la Primera Guerra Mundial.
La compañía de los Manteo era una empresa familiar, similar a los Rosete Aranda mexicanos en su origen.
Su público, en los primeros años, eran vecinos del barrio y paisanos emigrantes como él, pero su fama fue creciendo hasta contar entre sus visitantes habituales con titiriteros como Tony Sarg.
La titiritera estadounidense Marjorie Batchelder, dejó referencia en 1947 de que, en esa fecha, los títeres de Mulberry Street estaban guardados en una buhardilla; el también titiritero e historiador Michael Malkin sin embargo, anota que una tercera generación de los Manteo todavía hacía representaciones del Orlando furioso.