La película es una producción de Climax Studio (que ya había colaborado con Netflix en series como D.P.)
En cuanto a la elección del tema, para el guionista y director, que conocía ya la profesión de practicante de artes marciales, era importante crear conciencia sobre ella y explicar en qué consiste el trabajo.
El propio Kim Woo-bin confesó que desconocía la existencia de estos especialistas.
Fue primera en diez países, entre ellos Corea del Sur, Marruecos, Arabia Saudita, Malasia y Tailandia.
[2][17][18][19][20] La película sirvió para dar a conocer en su país la figura profesional del practicante de artes marciales y abrir un debate público sobre la misma.
El propio presidente Yoon Suk-yeol la vio al poco de estrenarse y la recomendó a su personal; según un funcionario de la Oficina Presidencial, comentó: «espero que muchas generaciones más jóvenes vean películas como esta que representan la búsqueda y dedicación al interés público».