Agente literario

[2]​ Este es un mercado que ha innovado muy poco y ha mantenido un modelo de negocio sin muchas variaciones desde sus inicios.El modelo tradicional funciona pagando un porcentaje de cada contrato que consiga el agente o agencia, este porcentaje puede ser desde el 20% a 60% del valor del contrato y en algunos casos puede incluir participación en las regalías generadas por la explotación de la obra del autor, además de un pago mensual para viáticos del agente.[3]​ Este modelo hace difícil que los autores sin mucho recorrido o que vayan a publicar por primera vez, sean aceptados en las agencias y ser representados ante las editoriales.En España, uno de los agentes literarios más importantes fue Carmen Balcells, cuya agencia ha estado representando a los más importantes escritores de habla hispana.[4]​ Con base en el informe del agente literario internacional Guillermo Schavelzon y su manual de buena conducta:[5]​ El escritor Ramón Cerdá ha escrito sobre la necesidad o no del agente literario:
La agente literaria española Carmen Balcells en 1983