La acutancia de una imagen es el grado de contraste que se observa en el límite entre detalles que difieren por su luminancia o densidad óptica.
Cuanto más contrastado sea el límite entre una zona oscura y otra más clara, mayor es la acutancia y con ella la nitidez percibida en la imagen.
La definición o resolución de la imagen no crecen cuando aumenta la acutancia, pero sí la capacidad para distinguir los detalles y la sensación subjetiva, que es la de un aumento de definición, de detalle.
El sistema perceptivo visual humano es capaz de distinguir detalles más pequeños cuando su contraste es mayor.
[1] En este sentido la acutancia puede variar según el tipo de soporte sensible a la luz que emplee dicha cámara, sea de película emulsionada, negativo o sensor CCD de una cámara digital.