Para 1858, se aprobaría el proyecto presentado por el ingeniero Albear, pensado para conducir las aguas de los manantiales de Vento hasta la ciudad.
Luego, en 1861, se le daría inicio bajo la dirección de Albear.
La proyección estaba constituida por: La obra se desarrolló con extrema lentitud debido a la situación existente en la isla para esa fecha y no es hasta 1893 que se da por concluida la obra, 45 años después de haber sido comenzada.
Este acueducto continúa abasteciendo a una considerable parte de la Ciudad de La Habana, evidenciando la técnica y maestría del ilustre Ing.
Debemos recordar que, según las normas de la época, se necesitaban 102.000 m³/día para una ciudad de 200.000 hab.