Que había caído uno y eran unos..."[2] Al llegar al sitio, se percataron que no había caído uno, sino varios, improvisaron aparejos con cabillas, trapos e incluso intentaron proteger sus vías respiratorias con camisas, todo en la desesperación de rescatar a sus compañeros.
Esto se hacía de manera manual con un tobo amarrado con una cuerda.
Al ver que el trabajador no sale, algunos compañeros bajan a buscarlo y se genera una cadena de fallecidos que alcanzó a un total de 9 trabajadores.
Al percatarse de la situación, Douglas Figueredo, improvisó una mascarilla con una camisa, bajó rápidamente y logró rescatar a uno de los trabajadores, sin embargo, el primer grupo, ya había fallecido.
[8][7] Sentencia (enlace roto disponible en Internet Archive; véase el historial, la primera versión y la última).