Cuando el mismo particular podía suministrar el peso necesario para cargar enteramente el carro, el acarreo se verificaba fácilmente mas si no estaba cargado sino parcialmente por una misma persona, era preciso esperar que el carromatero hubiese reunido el total de su carga o bien que se le pagase mayor precio.
Y con este aviso el comisionado trabajaba para procurarles uno o más carguíos enteros en tal o tal punto de la carrera que debía seguir la mercancía cuyo destino es el más distante, transmitiendo a su corresponsal las notas recibidas del carretero.
Así de unos en otros llega la mercadería a su término y por este arreglo el precio del acarreo se hizo menos caro y el transporte más seguro.
Los carreteros ordinarios apenas hacían más que doce leguas de posta al día y no viajaban de noche para que descansen sus caballos.
El acarreo acelerado se verificaba a través de los comisionados mencionados y de los mismos carreteros y no hay más diferencia sino que en este caso, estos viajaban noche y día, cambiaban de caballos en cada parada determinada y uncían a sus carros tiros descansados que hallaban ya dispuestos por cuyo medio no había interrupción en el transporte.