[1][2] El índice de aborto en Islandia es relativamente alto en comparación a otros países nórdicos.
A pesar de que la ley no permite realizar abortos a petición, están permitidos en varias circunstancias médicas y sociales.
Médicamente, un aborto es lícito si el embarazo amenaza la salud física o mental de una mujer, si el feto tiene un serio defecto congénito, o si la mujer es considerada incapaz de hacerse cargo de su hijo debido a su edad o incapacidad mental.
Los motivos sociales para realizar el aborto incluyen: si el embarazo es resultado de una violación o incesto; si la mujer ha tenido ya varios niños con solo breves periodos entre embarazos; si la mujer vive en una situación familiar particularmente difícil; o si la mala salud de la mujer o su pareja impide que puedan hacerse cargo de su hijo.
[2] Todas las mujeres islandesas que se someten a abortos deben recibir asesoramiento antes y después del procedimiento, incluida la educación sobre el uso de anticonceptivos.