Abenjacán era un caudillo o rey de una tribu nilótica, que un día escapa, junto con Zaid, su primo y visir, con todo el tesoro que había logrado.
En el desierto, una noche escondidos en una tumba, mientras no podía dormir, mata a Zaid y escapa hacia el mar para que su fantasma no lo persiga.
Llega a Inglaterra y allí construye un laberinto color carmesí, en cuyo centro se esconde.
Unwin en cambio piensa que esta historia es ilógica y desarrolla una nueva versión: Esa noche en el desierto Abenjacán durmió y Zaid veló.
En Inglaterra construye un laberinto haciéndose pasar por Abenjacán y se esconde en su centro.