Escribió una famosa tesis doctoral, Le Roman maghrebin (La novela magrebí) en 1968.
En ese escrito, poco académico, aborda la narrativa en una sociedad posrevolucionaria, pero usando un tono muy poético y personal; de hecho recuerda ahí su nacimiento, origen e intención trasgresora en estos términos: "Mi nombre sugiere un rito milenario, y me llega a suceder en esta ocasión que imagino el gesto de Abraham degollando a su hijo".
Toda su obra aparece impregnada de un fuerte lirismo crítico; aparte de la tradición árabe, se consideraba él mismo influido por Baudelaire y por Nietzsche.
Roland Barthes destacó las cualidades especiales de su prosa en un célebre artículo: "Bonheur Khatibi".
Su proyección en su país fue notable y contribuyó a la difusión de su cultura en otras lenguas.