Los cronistas acusan a Ígor de ser deshonesto, codicioso, intrigante y violento.
Sviatoslav escapó, pero Ígor quedó atascado en unos pantanos y fue incapaz de seguir debido a una dolencia en sus piernas.
Ígor languideció allí hasta el otoño de 1146, cuando, desesperadamente enfermo, pidió permiso para convertirse en monje.
Su cuerpo fue arrastrado por un carro y exhibido en un mercado antes de que pudiera ser salvado por Vladímir.
Varios milagros habrían ocurrido cerca del cuerpo de Ígor, y fue proclamado santo mártir.