Tras su fin, la vuelta a la cotidianidad puede verse incluso transformada por el evento previo, pudiéndose sentir aún algún grado constante de satisfacción.
Por ejemplo, si uno se está concentrando en una tarea física, entonces cualquier pensamiento intelectual puede cesar.
Por otro lado, hacer un viaje espiritual en trance extático implica el cese del movimiento corporal voluntario.
[cita requerida] El estado de éxtasis implica una conexión con una realidad puramente mental dirigida hacia sí mismo.
Siempre descritas como deliciosas más allá de toda expresión, estas asombrosas experiencias extáticas terminan comúnmente en quietud mental o incluso en total inconsciencia".