Élisabeth Jacquet de La Guerre

Pronto se trasladó a Versalles aceptando una oferta de Madame de Montespan, amante del rey francés, y allí permaneció deleitando a la corte francesa con su música hasta contraer matrimonio.

Al igual que su contemporáneo François Couperin, en estas obras de La Guerre muestra un estilo compositivo entre lo italiano y lo francés.

Además, se adentra en las nuevas formas italianas con sus sonatas en trío para violín y sus cantatas.

Son sus Cantates françoises sur des sujets tirez de l'Ecriture, livre I (1708) y sus Cantates françoises, livre II (1711), destacando tres dedicados a mujeres de la Biblia: Ester, Susana y Judit.

[1]​ En 1715 publicaba su última gran obra, el tercer libro de Cantates françoises.